martes, 8 de diciembre de 2009

Espera

¿No sabes una cosa?Es posible que nunca hayas pensado en ello,
pero te lo voy a decir en secreto: te quiero.

Ayer alas 12 de la noche te quería mucho, y ahora, a punto de volver a dormir,
voy a volverte a querer.
Todos los días te quiero de las 10 de la mañana alas 4 de la tarde, de las 4 de la tarde
alas 8 de la noche y de las 8 de la noche alas 2 de la madrugada.
Después de las 2 de la madrugada te sueño y te quiero.

Aquí no hace calor ni frío. A todas horas el clima está en ti.
Y si sudo a veces, sudo por medio de mis ojos.
Te apuesto una taza de café a que no estás tan solo.
Lo que pasa es que no quieres verme.

Si sigues por ese camino te voy a encontrar enfermo, no de los brazos, si no del hígado
¿Qué es tanta bulla y gritos y desesperación?¿Te están matando o te estás matando?
¿Para qué hacerte la vida una colección de disgustos?Estas enfermo:
tienes que curarte, tienes que seguir las indicaciones de lo que te digan. Hazlo y a callar.
Suda, y que te duela el alma y descansa los días que tengas que descansar, y cállate.
¿Dónde está esa sabiduría, y esa virtud y esa perseverancia?¿No que eras muy acá?

Date cuenta de que la vida es buena y de que sólo una vez la vivimos.
Saca de todos tus momentos lo bueno, lo maravilloso que hay en cada uno de ellos.
Fíjate que estás con tu mamá, con tu papá, con tus hermanas;
fíjate que Isa te quiere mucho;
que hay luz y hay árboles y hay piedras;
que el agua juega y cae y se levanta;
fíjate que tu hamaca te mece suavemente, a tu gusto,
y que a tu cuarto llega el cielo,
llego yo, llega el aire, llegan tantas cosas que no te digo.

Aprovecha tu soledad. Acuérdate de todos los que queremos estar solos.
Verdadero martirio es no poder nunca estar solo. Pero tu pequeño cuarto y tú
en tu pequeño cuarto es el mundo.
Allí está todo. En tu corazón está todo: descúbrelo, sorpréndete, ámalo.

Ve de milagro en milagro, de sorpresa en sorpresa, a lo largo de ti mismo.

Estás triste, es cierto, pero tú no eres tristeza, tú eres alegría y serenidad y paz.
No mires sólo un aspecto de ti mismo, un accidente de tu propia substancia;
tú eres todas las cosas juntas, y el mar y las estrellas se anuncian en ti.
No mires tu miseria, no te complazcas en ella; hazla a un lado, apártala, y cultiva lo que todos tenemos de divinidad adentro.

Háblame todo lo que quieras, todo lo que sientas y llores.
Ese "cállate"no quiere decir que nunca digas nada, sino que te calles a ti mismo tu dolor y tu angustia- así los transformas-,que no trates de convencerte a todas horas de que eres miserable. El dolor se encierra en sí mismo y trata de multiplicarse a toda costa, trata de invadir todo lo que tenemos y somos: no lo dejes hacer eso, cúbrelo, apártalo, y saca al aire tu alegría y hazla crecer en ti, que ella es tu verdad, tu perennidad, tu vida.
Después de todo, no te digo que no te aburras, que no padezcas;
te digo sólo que pongas cada cosa en su lugar, que no hagas del fastidio toda tu vida, que no hagas de tu soledad llanto y ruina. Alégrate, complácete en tu cuerpo, dale vigor y fuerza
y armonía; complácete en tu alma, dale serenidad.

Estoy alegre este momento: mi amor pasa distancia y tiempo y sombra, y llega a ti más allá de las cosas, perpetuamente. Es más grande mi amor que mi deseo. Ya somos tú y yo, solos, en uno, perfecto.
Por eso apenas si te beso.
¿Ya sabes esa cosa?: tequiero.
isabe..la

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