viernes, 11 de diciembre de 2009

absolutamente NADA.

Y ahora bien: ¿qué te cuento?
En realidad estoy fastidiada de tener que escribir cartas;
ya no las aguanto;ya sé que no puedo decir sino: me haces falta,
te quiero;voy así en mis dias, no salgo a ninguna parte, de ves
en cuando escribo o leo, a todas horas me fastidio...
Y es que en el fondo estoy desazonada; la idea de estos meses
me aplasta. Necesito una realidad, una vigencia, a ti, presente, cercano,
para decir te quiero.
Mi corazón se nutre de mis ojos, de mis manos, de todo lo que miro y toco.

La ausencia es un engaño; estas cartas son un engaño que nos hacemos a nosotros mismos;
queremos distraer esta soledad, este faltarnos alguien-tú a mi, yo ati- en tanto llega el día
de vernos y tenernos. No es precisamente aquello de "Amor de lejos..."
sino, mas bien, amor de solos que quieren compañía.

Es, en resumen, es la esperanza del encuentro, del volverse a tener, lo que sostiene a todos los
distantes, a todos los ausentes; y en mí es ahora muy pequeña la esperanza, porque es muy grande mi necesidad de ti.

Esto, ya lo sé, esto no es más que una queja; pero tengo derecho a quejarme de todo lo que pasa. Si no, no podría siquiera escribirte.

En veces me pregunto, si se puede respirar?...

¿De que se viste el aire?respira, respiro, solo respiremos.

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